Camille Desmoulins y los oradores del Palacio Real

El 12 de julio de 1789, los parisinos se enteraron de que Jacques Necker (el ministro de finanzas que más se enfrentó al despotismo) había sido destituido. La noticia corrió como un reguero de pólvora: en el Palais-Royal, los oradores transmitieron estas noticias de crisis subidos a los bancos y a unas mesas delante del Café de Foy (entre los números 57 y 60 de la actual galería Montpensier). Uno de aquellos oradores se hizo notar más que los demás: Camille Desmoulins. En una ocasión, arrancó la hoja de un árbol y propuso que fuera el símbolo que debían usar los partidarios de la rebelión para reconocerse. La insurrección se fue así gestando hasta culminar dos días después con la Toma de la Bastilla.

Camille Desmoulins frente al café de Foy, en el Palacio Real, el 12 de julio de 1789.

Localización

Itinerario

Galerie de Montpensier 50-60

Sugerencia

El barrio del Palacio Real
Un lugar para el crimen político

Para saber más…

Un lugar de resistencia

Noche del 30 de junio de 1789. Dedicado a la Asamblea del Palacio Real

La policía no podía entrar fácilmente en el Palacio Real, por lo que se convirtió un refugio para todos los antimonárquicos. El propietario del lugar era el duque de Orleans, un hombre con ideas más moderadas que su primo Luis XVI. El duque dio permitió una mayor libertad de expresión en el lugar (permitió incluso criticar al régimen). Cuando llegó 1789, el Palacio Real prácticamente era un cuartel de la resistencia en pleno París. El 30 de junio, una multitud liberó a los Guardias Franceses habían desertado al negarse a disparar a los insurgentes el 23 de junio. Fueron llevados al jardín del Palacio Real y recibieron protección, alimento y toda clase de alabanzas. Por su parte, el régimen no tenía en muy alta estima a los patriotas que se congregaban en el Palacio Real.

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