Con tanto nombre de varón en la historia, cualquier imprudente podría atreverse a decir que las mujeres no tuvieron mucho impacto en la Revolución francesa. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Durante la primavera de 1795, su participación en una de las últimas revueltas populares fue crucial. Los republicanos más conservadores habían suprimido el precio máximo del pan en un momento en el que las cosechas fueron nefastas y la inflación aumentó vertiginosamente. El pueblo podía a duras penas alimentarse y las mujeres fueron las primeras en sublevarse, visto que eran las encargadas de alimentar a su familia y quienes estaban más pendientes los precios de los productos. Reivindicaron también la instauración a la Constitución de 1793 que contemplaba una república democrática y social. En este edificio residió una de aquellas mujeres, la "ciudadana Lausanne". Fue arrestada por amenazar a una vendedora que tenía opiniones políticas más moderadas que ella... mientras un pelotón de soldados estaba entrando al Faubourg para acabar con la revuelta.