¡Fuera impuestos injustos! La rotonda de Chartres

Actualmente es una de las puertas para acceder al parque Monceau. En 1789 esta rotonda formó parte de una barrera arancelaria y del muro de los Granjeros generales. Se construyó por en la época con el objetivo de tasar de manera más eficaz las mercancías que llegaban hasta París. Fue construida en 1788 por el famoso arquitecto Claude-Nicolas Ledoux, quien se financió con dinero público. El lujo de esta impresionante rotonda neoclásica de estilo "à la Antique" causó una gran revuelo entre la población. Por tener, tenía todos los defectos posibles: representaba la injusticia de los impuestos y estaba en el jardín del duque de Orleans, por lo que era imposible no vincularla con el lujo y la aristocracia. Según algunos “cuadernos de quejas” de la primavera de 1789, el edificio recibió a veces el calificativo de "Bastilla". Logró librarse de las llamas cuando se incendiaron sistemáticamente las barreras en julio de 1789.

Barrera situada detrás del Jardín de monseñor el duque de Orléans

Localización

Itinerario

Entrada del Parque Monceau, en el nº 35 del boulevard de Courcelles

Sugerencia

El barrio del parque Monceau
Un cementerio olvidado

Para saber más…

Pánico en la barrera de Monceau

Vista de una parte del jardín de Monceaux y de las barreras de la Rotonda, de Courcelle, del Roule y del Bulevar extra muros

A partir de 1789, las barreras de París fueron lugares donde podía sentirse un cierto nerviosismo. Para entonces, muchos nobles habían huido del país escapando de la Revolución francesa. Cualquier desplazamiento inesperado por aquellas barreras hacía levantar sospechas. En este sentido, el 8 de agosto de 1790 saltaron todas las alarmas en la barrera de Chartres. Un enorme carruaje de seis caballos que transportaba un gran baúl de viaje (y con una vaca detrás) perdió el control y se estrelló. Los hechos ocurrieron un domingo. Tras escuchar el ruido del accidente, los clientes que bebían en las guinguettes rodearon con curiosidad el vehículo. Descubrieron que ¡no había ningún pasajero a bordo! El rumor se extendió como la pólvora: un gran personaje pretendía huir del país. Se llamó a la Guardia y el misterio quedó resuelto: el carruaje pertenecía a una tal "Milady Spencer", una aristócrata inglesa que pretendía simplemente trasladar sus enseres a la ciudad de Passy.

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