El Club de los Jacobins y las Republicanas revolucionarias
Donde ahora está la "Place du Marché Saint-Honoré", en tiempos de la Revolución francesa se alzaba el convento de los Dominicanos (también llamados Jacobinos). Cuando en el otoño de 1789 la Asamblea se estableció cerca de las Tullerías, un grupo de diputados bretones decidió alquilar la capilla del convento para reunirse. La "Sociedad de amigos de la Constitución" pronto pasó a llamarse el "Club de los Jacobinos". Con más de 1000 miembros, el Club de los Jacobinos de París encabezaba una larga lista de hermandades que inculcaban la Revolución en todas las regiones francesas. En la biblioteca se reunía la Sociedad de las Republicanas Revolucionarias, compuesta únicamente de mujeres.
Localización
ItinerarioPlaza del marché Saint-Honoré nº58
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Un nombre que daba pie a malentendidos
Los Jacobinos pagaron los platos rotos por tener vínculos tan estrechos con las ideas revolucionarias. Para los británicos en contra de la Revolución francesa, la palabra "jacobin" era sinónimo de "sans-culotte", "revolucionario francés" o por decirlo de otra manera: "un sanguinario salvaje". Los Jacobinos aparecían representados en las viñetas de los periódicos como monstruos sedientos de sangre. La palabra "jacobino" perdió en Francia a partir de 1794 sus connotaciones negativas ligadas a la Revolución francesa. Los Jacobinos primero fueron los héroes de la Revolución francesa ¡y luego se la cargaron! Mejor dicho, fueron un grupo que debatió y divulgó la Revolución francesa en muchas partes del mundo, pero con severas diferencias de opiniones entre ellos.
Las "Republicanas revolucionarias": un club solo para mujeres
En 1989, mientras se conmemoraba el bicentenario de la Revolución francesa, fue instalada una placa en memoria del club masculino de los Jacobinos. Nadie se acordó de las mujeres que formaban la Sociedad de las Republicanas Revolucionarias. La sociedad fue fundada el 10 de mayo de 1793 por Pauline Léon, Constance Évrard, Félicité Colombe y Claire Lacombe. Sus sesiones se celebraron en el mismo lugar. Estaba compuesta de 170 mujeres: vendedoras, obreras, criadas y trabajadoras en general. Aquellas mujeres luchaban por una república democrática y social, además de reivindicar el derecho a portar armas para defenderla. Nunca reclamaron de manera explícita la igualdad de género, pero sí se mostraron en contra de la predominancia masculina. La ciudadana Monic expresó en una ocasión: "las mujeres son perfectamente capaces de gobernar y yo diría que hasta mejor que los hombres".