La fiesta de la Unidad en la plaza de la Revolución, actual plaza de la Concordia.
La Place de la Révolution fue una plaza pública destinada a albergar sobre todo grandes ceremonias. El 10 de agosto de 1793, con motivo de la Fête de la Réunion, una multitud se congregó a los pies de la nueva estatua de la Libertad. Estaba rodeada de hojas de roble decoradas con cintas tricolores, gorros rojos, cánticos, mensajes ¡y pinturas cívicas! Miles de aves fueron soltadas al aire en señal de libertad. Después, los presentes contemplaron una enorme hoguera en la que ardieron varios símbolos de la monarquía.
Los incendios durante la Revolución: ¿actos vandálicos?
Desde el inicio de la Revolución francesa las llamas crepitaron en París. Primero ardieron en julio de 1789 decenas de barreras arancelarias. Después fue el turno de los muebles y cuadros de las casas señoriales, como la Folie Réveillon o el Hôtel de Castries. Estos objetos a menudo volaban por las ventanas de dichas propiedades antes de sucumbir a las llamas. A partir del 10 de agosto de 1792, los símbolos que aludían al feudalismo o a la monarquía sirvieron de leña para animar los eventos oficiales. No sería correcto afirmar que los revolucionarios eran unos pirómanos, ya que no buscaban la destrucción total, sino que pretendían transmitir un mensaje: había caído el Antiguo Régimen.
Tercera celebración de la Federación en el Campo de Marte. El pueblo baila alrededor del árbol genealógico quemado el 14 de julio de 1792
