El Pont Neuf y el Quai de la Mégisserie estaban repletos de casetas de madera con floristas y vendedoras de sombreros. Estas mujeres eran quienes solían preparar las flores para las bodas reales, las fiestas revolucionarias y los funerales oficiales. No se las consideró especialmente radicales, pero sí que participaron a su manera en la Revolución francesa luchando por sus derechos.
Lo cierto es que nadie ha parecido acordarse de aquellas floristas de París, como les ocurrió también a muchas otras mujeres de la época. Una de estas floristas, famosa desde el inicio de la Revolución, fue Louise-Marguerite Cabry (más conocida como Louison Chabry). Participó en las jornadas de octubre de 1789 y fue la elegida para negociar con rey la el precio del pan. Cuando vio a Luis XVI en persona, el cansancio y la emoción la provocaron un desmayo.