El lecho de muerte de Mirabeau

Mirabeau en su lecho de muerte

El miércoles 30 de marzo de 1791, una muchedumbre se congregó bajo las ventanas del número 42 de la Chaussée-d'Antin. El acceso a la calle estaba cortado y no se permitía el acceso. ¿La razón? El notable Mirabeau estaba viviendo sus últimas horas de vida. Falleció la mañana del sábado 2 de abril, en medio de unos rumores que hablaban de un envenenamiento. Para aclarar la duda, las autoridades cedieron a las exigencias del pueblo y celebraron una autopsia pública. Al día siguiente, se dispuso en el jardín una enorme carpa frente a 56 testigos bajo la cual se realizó la intervención. Se practicó también una mascarilla funeraria, para evitar que el revolucionario más famoso de la época cayera en el olvido. El resultado de la autopsia fue anunciado a una multitud expectante: paro cardíaco, muerte natural.

Para saber más…

El lecho de muerte de Mirabeau / Una visita rápida al Panteón

Vista del ataúd de Mirabeau, alojado en la cripta de Santa Genoveva el 4 de abril de 1791

Dos días después del fallecimiento de Mirabeau, el 4 de abril de 1791, sus restos mortales fueron trasladados con honores hasta la Iglesia de Sainte-Geneviève; haciendo de este hombre el primer personaje ilustre que la iglesia acogió. Aquel mismo día la iglesia pasó a llamarse oficialmente el Panteón. Tres años más tarde, el 12 de septiembre de 1794, sus restos fueron expulsados del lugar, ya que se hallaron pruebas de que había traicionado a la Revolución y colaboraba en secreto con el monarca desde 1789.

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