La barrière d’Enfer: ¿fue París una cárcel al aire libre?

El muro mura y París murmura: en 1789, los habitantes de París terminaron descargando su rabia contra el gran muro que rodeaba la ciudad. Había sido construido con dinero público para endurecer el sistema de cobro de impuestos a los mercaderes que llegaban a París. Estos impuestos eran odiados por todos: aumentaban el precio de los productos más necesarios en tiempos en los que la población parisina ya tenía dificultades para alimentarse correctamente. La mayor parte de las estructuras dedicadas al cobro de estos impuestos ardieron pasto de las llamas a partir de julio de 1789. La barrière d’Enfer (barrera del Infierno) que daba acceso a París desde la parte sur corrió el mismo destino, aunque han conservado los dos edificios que mantenían la barrera.

Barrera arancelaria de Enfer, 1796

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Tras los abusos... ¡la libertad!

A finales del siglo XVIII, los mercaderes estaban muy hartos de los abusos cometidos por los funcionarios de las barreras arancelarias. Por si fuera poco, muchos de estos cobradores de impuestos se aprovechaban sexualmente de la gente con la excusa de tener que "controlar la mercancía". Las mujeres no tenían prácticamente opción a negarse y estaban a merced de estos individuos. Los privilegios del Antiguo Régimen fomentaban la violencia machista y lo único que podían hacer era tomárselo con humor. Circularon multitud de imágenes que se burlaban de estos funcionarios con tantos aires de grandeza. El 1 de mayo de 1791 se acabó celebrando en esta misma "barrera del Infierno" la eliminación de los aranceles y la libre entrada a la ciudad. Se suprimieron las tasas y se prescindió de aquellos infames cobradores.

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