En 1789, la Plaza de los Vosgos (Place des Vosgues) todavía era la "Plaza Real", construida en memoria del rey Luis XIII. Los revolucionarios prohibieron que se glorificara la figura de los monarcas en la ciudad y la plaza perdió su nombre. Cuando estalló la guerra en 1792 se almacenaron durante un tiempo en la plaza diversos cañones y armas, por lo que pasó a llamarse "Place du Parc-d’Artillerie". Volvió a cambiar posteriormente de nombre el 19 de agosto de 1792 (Place des Fédérés) y el 4 de julio de 1793 (Place de l’Indivisibilité). Adoptó el nombre actual el 13 de septiembre de 1800 para recordar el civismo de los Vosgos, quienes habían sido los primeros en pagar los impuestos de aquel año.
Al llegar 1789, nadie había parecido escandalizarse ante la presencia de una estatua del rey Luis XIII plantada desde 1639 en medio de la Plaza de los Vosgos. Ni siquiera tras la traición de Luis XVI a su juramento en 1791. Sin embargo, al día siguiente del asalto a las Tullerías y tras caer la monarquía el 10 de agosto de 1792, los sans-culottes derribaron la estatua de su pedestal y rayaron las inscripciones. Casi al mismo tiempo, en Pont Neuf la estatua de Enrique IV también fue derribada. Quedó bien claro: en París no se toleraban las representaciones de ningún rey.