Unos lugares públicos durante la Revolución

La Puerta de Saint Martin

Las puertas de Saint-Martin y Saint-Denis se situaban al final de los bulevares, entre el corazón de París y los faubourgs del norte. Con la Revolución, estas puertas dejaron de ser los monumentos sobrios que fueron durante el Antiguo Régimen. La Revolución recalificó estos edificios como públicos y los parisinos pudieron usarlos de forma corriente. Ambas puertas estaban rodeadas por pequeños pabellones y comercios en los que se vendían verduras, bebidas y quincallería. El Ministerio del Interior de la época también dispuso soldados para asegurar el orden público en la zona. Cabe decir que, a partir de 1789, estas puertas se convirtieron en puntos de encuentro para debatir o manifestarse (sobre todo durante los levantamientos posteriores).

Localización

Itinerario

Porte Saint-Denis, boulevard Saint-Denis 24-26

Sugerencia

El barrio del Temple
Curtius y Madame Tussaud

Para saber más…

Las puertas de Saint-Denis y de Sanit-Martin: un legado de los Borbones

Según la leyenda, el rey Luis XVI se interesó antes de morir por el destino la puerta de Saint-Denis (una de las joyas de la capital). Aunque la cita es probablemente ficticia, puede que sí tuviera su cierta verdad: los revolucionarios destruyeron la mayoría de puertas de París para mejorar la circulación y por ser monumentos del Antiguo Régimen. Curiosamente, decidieron conservar las puertas de Saint-Martin y de Saint-Denis por su gran valor patrimonial. Sin embargo, los transeúntes no soportaban ver las inscripciones y esculturas dedicadas a la gloria de Luis XVI. Se decidió cambiar las inscripciones y retocar ligeramente las esculturas para transformar al Rey Sol en un Hércules republicano. A pesar de que se instalaron los andamios para dicha reforma, nunca se llevó a cabo.

La última partida de Bertier de Sauvigny

Si tenías responsabilidades durante el Antiguo Régimen, ¡más te valía haber cumplido con ellas correctamente! El 22 de julio de 1789, Bertier de Sauvigny (el intendente de París) fue detenido en la puerta de Saint-Denis. Se le acusó de ser responsable de la escasez de alimentos que vivía la ciudad. Una multitud interceptó su carruaje y fue obligado a contemplar la cabeza decapitada de su suegro Foulon de Doué ensartada en una pica. El pueblo lo odiaba también por haber sustituido al popular Jacques Necker. Foulon, por su parte, también estaba acusado de participar en la escasez de pan. Cuando fue detenido en Viry-Châtillon dedicó supuestamente el siguiente comentario a los parisinos: ¡pues que coman forraje! Sufrió un auténtico calvario tras su arresto: los insurgentes le llenaron la boca con heno empapado en vinagre y le frotaron ortigas por la cara. Después, fue golpeado y finalmente decapitado. Su yerno correría el mismo destino horas más tarde en la Place de Grève el 22 de julio.

Bertier de Sauvigny en coche de caballos rodeado por el pueblo, en el momento de su entrada en París, el 22 de julio de 1789
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