La Revolución francesa no fue solo un periodo dedicado a la destrucción. A partir de 1789, las obras y construcciones se multiplicaron en París. Algunos propietarios quisieron celebrar también la nueva sociedad decorando su edificio, como en la rue Jacob n.º 46. En el segundo piso, se decoraron dos efigies de la libertad con el gorro frigio. En el primer piso se aprecian dos nichos que albergan estatuas de estilo "à l'Antique", prueba del gran poder adquisitivo del propietario. El edificio fue construido durante la época del Directorio (1795-1799), tan aclamado por la burguesía pero que representó el final de los tiempos en busca de la igualdad.
La Revolución francesa como inspiración decorativa
A veces, decorar su propia casa... también puede ser una manera de hacer política. A partir de 1795, ciertos parisinos nostálgicos reprocharon a la sociedad del Directorio (1795-1799) haberse olvidado de los principios de la Revolución francesa. Este biombo se conserva en el Museo Carnavalet y no sirvió solamente para separar ambientes: observe con qué ridiculez aparece representada la burguesía, es una crítica en toda regla hacia aquel orden social.